Escenas de la vida de Cristo en la Iglesia de San Sebastián de los Caballeros de Toro. Análisis y comentario

 

Tomado de viajar con arte

Nos encontramos con una narración (a modo de cómic, con escenas entrelazadas y organizadas por una lacería entrecruzada.

En la parte superior (muy perdida) se pueden intuir una última Cena y una Presentación en el templo

En la parte baja encontramos la Epifanía, el bautismo de Cristo (por medio de San Juan Bautista) y una doble representación: noli me tangere (tras la resurrección Cristo se le aparece a Magdalena pero le dice: "no me toques", pues ya es puro espíritu) y una mujer (acaso Marta, la hermana de Magdalena) como San Jorge  matando al dragón junto a los muros de una ciudad.

El soporte fue pared y la técnica fresco (aunque en la actualidad han sido arrancadas y pasadas a lienzo.

Las composiciones recurren a fórmulas sencillas, en muchas ocasiones simétricas, que permitan una lectura sencilla y rápida.

La línea predomina sobre el color, creando perfiles muy nítidos, con escasos detalles.

A ello se une la falta de claroscuro, lo que produce colores planos y formas bidimensionales.

La perspectiva es muy reducida, y el fondo es plano. Sólo algunas escenas (como la lucha del dragón) se sitúan en un plano posterior. (La propia representación de la Naturaleza se realiza a través de árboles fórmula por completo mentales)

Las figuras son esquemáticas pero han perdido la frontalidad e hieratismo anterior, y se relacionan unas con otras a través de miradas y gestos. Se busca también una nueva forma de expresión y cánones más alargados y delicados.

COMENTARIO

Nos encontramos con una pinturas protogóticas que están realizando el paso entre el románico (bidimensionalidad, fondo plano, esquematismo) y el gótico (relación entre las figuras, mayor expresividad y movimiento, interés narrativo...)

En concreto, se tratan de pinturas realizadas a principio del siglo XIV (1316 y 1320).

Su comitente fue la realeza, el propio rey don Sancho a través de su mujer, María de Molina, que mecenó la reconstrucción de este antiguo convento de clarisas.

En cuanto a su autor existe una división de opiniones, debido a la firma aparecida en otra pintura de la misma serie: “TERESA DIEÇ ME FECIT”.

De ser cierto se trataría de la segunda mujer artista (la primera sería la monja Ende, en el siglo X) conocida en el arte español.

Sin embargo, otros autores hablan de esta Teresa como la donante de la obra (en la que aparece un escudo), asegurando la obra a un pintor regio activo en Zamora y Toro: Domingo Pérez.

Lo que también resulta algo sorprendente es la elección de algunas escenas (como la de una mujer aseteando al dragón, ayudada de otra) o el tratamiento de otras (entre los Reyes Magos, la figura central parece toralmente femenina) que podrían relacionarse con una mano femenina, aunque la cuestión dista mucho de estar cerrada.

Estas pinturas se ven claramente influida por dos de las corrientes de moda de la época: el gótico lineal francés que llega a través de iluminaciones en libros y el trecento italiano (en su vertiente más suave), muy cercanas a otros ejemplos de misma época que suceden también en Castilla (las plañideras, capilla de San Martín en Salamanca, arca de San Isidro en Madrid).

Pocas décadas después será lo italiano (en la zona mediterránea) y el gótico flamenco (en Castilla) el que romperá esta transición, haciendo evolucionar rápidamente la pintura gótica española.

Para ver el resto de los ciclos de pintura de esta ¿autora?