Este recorrido que os propongo es uno de mis más queridos, pues no en vano lo recorrí decenas de veces mientras escribía la novela de El Señor del Biombo, una historia que atraviesa el Madrid del siglo XVII (tenéis mucha más información de ella aquí).
Comenzamos por la plaza por antonomasia de Madrid, la llamada Mayor, una antiquísima laguna parcialmente desecada que ya servía como mercado en tiempo de los Reyes Católicos y que será en el reinado de Felipe III en el que se emprendan las grandes obras de cimentación.
Su constructor, Gómez de Mora, creó nuestro espacio barroco por excelencia que tanto servía de mercado (con sus casas de la carnicería y la panadería), lugar de toros, de ejecuciones públicas, de autos de fe... ). Os recomiendo que echéis una tranquila mirada a las bases de sus faroles. En unos conseguidos relieves podréis ver una rápida historia de este escenario (Para los que le interese el arte, ya hablamos en nuestros blogs de toda la historia y elementos artísticos de este espacio).
.
Aunque ha cambiado mucho a lo largo del tiempo, en la actualidad lo preside la estatua de Pietro Tacca de Felipe III, y aún persisten las pinturas que hiciera Franco en la casa de la Panadería, un extraordinario ejemplo del posmodernismo castizo.
Como aviso a los turistas, las apetecibles terrazas son bastante caras y no demasiado interesantes. Mucho mejor será tomarse un buen bocata de calamares en la calle.... y continuar hacia delante por la calle mesones (otra vez algo caros, aunque llenos a reventar) para encontrarnos (a nuestra izquierda) el cada vez más famoso Mercado de San Miguel, un ejemplo de nuestra arquitectura del hierro y cristal del XIX.
El edificio ha recibido una restauración magistral por parte de Peridis, y podéis saber mucho más de él en nuestros blog.
Yo personalmente, me quedaría a comer aquí. Evidentemente no es barato, pero la comida es exquisita y variada, en pequeñas tapas: arroces, bacalao, ostras y champán, cualquier copa de vino, frituras, quesos, encurtidos, dulces, cerveza, finos, canapés, jamón... Las cosas se compran por separado y luego se consumen en las mesas centrales.
Una buena recomendación es ir pronto o tarde, pues el éxito de la propuesta ha sido tan tremendo que a veces puede llegar a ser agobiante.
Cuando salgamos del Mercado volvamos a la calle mesones para ver el famoso arco de cuchilleros. En su entorno se encuentran los rascacielos más antiguos de Madrid (siglo XVII), que no son otra cosa que los grandes contrafuertes que sustentan la plaza, totalmente sobreelevada en esta zona. (Aquí hablamos más de ellos)
Muy pronto encontraremos a nuestra derecha la plaza del Conde Barajas, con un cartel que nos habla que en ella vivió María Zambrano y un afamado corrral flamenco.
La plaza, sin embargo, tiene bastante poco encanto y es mejor cruzarla y girar a la derecha para encontrarnos con otra plaza contigua, la de las Carboneras.
Tiene elegantes edificios y una pequeña puerta de granito que nos puede transportar literalmente al siglo XVII. Es el convento de las Carboneras, un edificio de finales del XVi con excelente obra de Carducho y de Adán (Aquí podéis saber mucho más de ella).
Al salir, giraremos hacia la izquierda para tomar la calle del codo, con su misma forma doblada, para llegar a la plaza de la Villa.
En ella hay numerosos edificios históricos, desde la medieval torre de los Lujanes (en donde estuvo preso el rey francés, Francisco I, tras su derrota ante Carlos V) a la antigua casa de la Villa, un edificio del XVII con reforma tardobarrrocas típicamente madrileño con sus torres con chapiteles.
Ahora tendremos que cruzar la calle Mayor (Platerías en el XVII, en donde estuvo la torre del Salvador desde la cual el famoso Diablo Cojuelo de Vélez de Guevara levantara los tejados) y entrar por la calle Señores de Luján (con un buen restaurante catalán: Can Puñetes) y torcer a la izquierda por Juan de Herrera para encontrarnos con los dos últimos hitos de nuestro itinerario.
El primero será la iglesia de San Nicolás, acaso una antigua mezquita de la que quedan restos en sus sótanos (no visitables).
Bien visibles son su espléndida torre mudéjar y su interior barroco(con techumbre mudéjar y ábside gótico) que guarda una excelente colección de tallas, especialmente una dolorosa de Pedro de Mena. (Podéis saber de ella en este artículo de nuestros blogs)
.
.
-
Por cierto, muy poca gente conoce que en esta iglesia estuvieron enterrados los restos de Juan de herrera, el gran arquitecto del Escorial
Y ya para terminar, la Plaza del Biombo, no especialmente bella pero a la que me unen múltiples lazos sentimentales como os hablaba al principio del post.
En ella hay un bar gadinato sumamente agradable, además de una recientemente recuperada galería de arte en lo que fuera uno de los estudios de Gerardo Rueda, el gran artista del Paso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar en este blog. Tus sugerencias serán siempre bienvenidas.
No olvides que si publicas un comentario estás aceptando algunas normas.
Por favor, sé respetuoso en tus palabras. Por supuesto puedes estar en desacuerdo con lo dicho en este blog, y también criticarlo, pero guardando las normas básicas de educación.
No se admite spam y contenidos publicitarios (serán eliminados)
Por el hecho de comentar aceptas nuestra política de privacidad (ver en apartado política de privacidad y aviso legal) y dando consentimiento explícito a que figuren aquí los datos con los que firmes o te registres (recuerda que puedes hacerlo con tu perfil blogger, nombre y URL o en modo anónimo; no es necesario email)
Si no quieres dar consentimiento, no comentes. Si tienes dudas, visita la política de privacidad.
Responsable de los datos: Vicente Camarasa (contacto correo en la parte superior derecha del blog)
Finalidad: moderar los comentarios.
Legitimación: consentimiento del usuario
Destinatarios: el sistema de comentarios de Blogger.
Derechos del usuario: acceder, rectificar, limitar y suprimir datos (si los hubiera)