Curiosa realmente esta iglesia, la única románica en la ciudad de Madrid.
Originalmente se construyó en Ávila, guardando brevemente las reliquias del santo en su viaje desde Sevilla a León.
Tras la desamortización, y en un estado ruinoso, fue adquirida por un particular que, a finales de siglo, las vendió al estado.
Tras varias posibles ubicaciones terminó en el Retiro, y no pudo ser mejor su emplazamiento
De ella nos quedan restos del ábside, la portada y algunos muros perimetrales, siendo restos del XII (románico pleno).
Sin embargo, y aparte de su valor artístico, esta iglesia y su ajardinamiento son, como decíamos, perfectos para este rincón, junto a la Casita del Pescador y la Montaña Artificial.
Como decíamos en este artículo, la zona recrea un jardín pintoresco al modo inglés en donde eran habituales la aparición de ruinas (reales o inventadas) medievales, que le daban al paraje un plus histórico.
Normalmente en ruinas, con la vegetación invadiéndolo, estas arquitecturas profundizaban en la dulce melancolía que produce el imparable pasar del tiempo, como ya vimos en la obra de Piranesi
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