Una vez más en Moncloa encontramos otro testimonio de la ideología franquista, este Panteón a los caídos de Madrid (como ya explicamos analizando el frontero Arco de la Victoria).
Su arquitecto, Manuel Herrero, realizará en los 50 una interesante lectura que une clasicismo y futurismo, siempre siguiendo modelos fascistas italianos (como ya vimos en el Edificio de Sindicatos).
La referencia obvia es el Panteón de Agripa, a la que se añaden dos aletones cóncavos (en ambos lados, delantero y trasero) que derivan directamente del gran barroco italiano (ver San Andrea del Quirinal) y crean un espacio de intimidad previo al gran vacío central.
Junto a ello, los rasgos futuristas los podemos ver en la inclusión de grandes pilares que, con su ritmo sincopado,juegan a la ambigüedad de pared rota, aumentando la sensación de espacio interior.
De la misma manera, en su parte trasera, el juego de cruces sobre el ladrillo, además de símbolo religioso, funciona como un elaborado juego de llenos y vacíos geométricos con los que la luz del sol crea relieves.
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