Como ya dije, llevo un año largo volviendo a la casa demi propio pasado, y en la infinita persistencia de las tardes de verano tomo la
llave y entro en ese jardín privado de mi memoria.
En las primeras incursiones solo encontré polvo y
(francamente curioso) algunos recuerdos relumbrantes, sin el menor óxido del
tiempo.
Un primer amor, un gran amigo, la primera hija… Eran
objetos sin mácula, preservados del deterioro por la evocación que, sin
embargo…
Su brillo era mucho menos real de lo que pudiera parecer, pues en el
fondo no era sino una impostura, igual que los cuadros mal restaurados, que en
vez de limpiarse en profundidad, se les barniza para darles un aspecto más
brillante (aunque, con los años estas nuevas capas se vayan oxidando y
ennegreciendo, tapando poco a poco el cuadro original)
¿Cuántas capas de barniz tienen esas memorias?
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