En otra ocasión ya hablamos de Lorenzo Vázquez a propósito de su Palacio de Cogolludo.
En él hablamos que es la representación más temprana de nuestro renacimiento, importada directamente desde la Florencia del Quattrocento.
En este patio nos encontramos con un estilo mixto, que une las proporciones (y algunos detalles decorativos, capiteles fantasiosos al modo brunelleschiano...) renacentista, con la herencia tardo gótica del adintelado o los pies derechos en el que el pilar de madera se ha cambiado por una columna clásica (para ver la evolución de estos elementos hacia una depuración formal cada vez más rigurosa se puede comprobar observando estas fotos con las de las Escuelas menores, la Casa de las Conchas o el claustro de las Dueñas, todos en Salamanca).
El espacio conseguido, pese a todo, es sumamente clásico y reposado, huyendo del decorativismo de estos ejemplos anteriores (o el propio Palacio del Infantado, en la propia Guadalajara) para centrarse en el equilibrio y la estabilidad (con unas columnas mucho más engrosadas y potentes y una mayor relación armónica entre los pisos).
Interesante mezcla de estilos.
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