miércoles, 25 de diciembre de 2019

AQUELLAS PRADERAS AZULES. MAQUILLAJE

DALE PLAY Y ATRÉVETE A ENTENDER, AUNQUE NO LO HAGAS
.


A finales de agosto de aquel primer año se celebró la primera y última fiesta de la urbanización. 
Hubo carreras de natación (que no gané), partidos de fútbol (en donde hubo de todo) y mucha comida desde el viernes y hasta el mediodía del domingo. 

Sin embargo, el momento culminante fue la fiesta de disfraces de la noche del sábado en donde todos los chicos decidimos ir maquillados, no sé muy bien la razón. Quizás fuera (es lo más probable) un no hay huevos dicho en el momento preciso que nos debió dejar a todos sin otra salida posible. 

Los preparativos de la misma comenzaron ya por la tarde, y a mi me tocó Mónica como estilista, mientras Cesar era trabajo de Celia, y Jesús y Ovidio compartían a Gelu en la tarea. 
-Sobre todo los ojos, Mónica - le había dicho nada más empezar -. Pero los labios no. 
-¿Por qué? 
-Y yo qué sé. Pero los labios... 
-Venga, vale, en los labios tan solo un brillo. Pero en los ojos... 
-En los ojos, lo que quieras. 
-Tú sabrás. 
-Y bien clara la línea de contorno. 
Las palabras me sonaban a chino y simplemente me dejé hacer con un miedo absoluto al ridículo.

La operación duró mucho más tiempo de lo que pensaba. 
-¿Tanto soléis tardar? 
-Y mucho más aún... Estate quieto Luis, que te voy a terminar por sacarte el ojo como sigas moviendo. 
-A sus ordenes, cirujano jefe. 
-Eso está mejor. 
-¡ Qué martirio, por Dios! 
-Martirio vosotros que nos obligais a todo esto. ¿Quieres que también te depile? 
-¡Ni de coña! 
-Pues estarías monísimo con ese pecho rasurado. 
-Antes muerto.. 
(cómo cambian los tiempos) 
-... que sencillo.

Mónica era una preciosidad de pelo rizado de la que siempre había estado secretamente enamorado, y en el fondo aquella tarde fue un momento magnífico, a solas con ella durante casi dos horas. 
No pasó nada, claro está, pero fue una intimidad bonita que siempre he recordado con cariño, aunque entonces, lo que de verdad me desconcertó fue cuando Mónica me dio un espejo para mirarme 
Estaba tan... ¿Atractivo? 
Quizás no fuera esta la palabra más correcta, pero fue la que me salió 
-Estás hecho un bombón - me dijo Mónica sin chispa alguna de ironía - Si no tuviera novio... 
Yo debí enrojecer, pero el maquillaje debió ocultarlo, y seguí mirando mis pómulos destacados y unos ojos negros e intensos, mucho menos soñadores de lo habitual. 
-Parece milagroso. 
-Pues ya sabes, por un módico precio ya tienes maquilladora. 
-En realidad... ¿Sabes lo que te digo, Mónica? Me parece un atraso que nosotros no nos podamos maquillar. Es como convertirse en otra persona, en un personaje de película. 
-Qué buena chica habrías sido, Luís. Inteligente y sensible. 
-Que tienes novia, Mónica. 
Y los dos reímos con ganas.

Yo ya había perdido toda sensación de ridículo. Es más; estaba ansioso de mostrarme. Pero aún faltaba más de una hora y simplemente estuvimos charlando mientras ella se pintaba también. 
-Asombroso. 
-¿El qué? 
-La facilidad con la que lo haces.¿Siempre te pintas de la misma manera? 
-Depende del día... y de las intenciones. 
-¿Ves lo que te decía? Las chicas sois fascinantes. No como nosotros, siempre tan básicos. 
-No siempre es así. También a nosotras nos gustaría ser a veces más básicas y darle muchas menos vueltas a las cosas. 
-Nadie está conforme con lo suyo, ¿verdad? 
-Supongo que siempre querríamos ser otros. 
Es posible. Yo no sé lo que hubiera dado yo por ser Cesar, tan alto, tan seguro de sí mismo, con esos ojazos azules. 
¿Cómo quedará el maquillado? 
Seguro que estaría magnífico. 
Y efectivamente, lo estaba.

Estaba bellísimo, y solo con pensarlo me dio miedo. 
Las mujeres son superiores, no cabe duda. También en este tema. No tienen que estar siempre pendientes de su hombría
(Tal vez de eso no, pero sí de su reputación ) 
Ten cuidado, haber si vas a parecer maricón. 
(O una puta) 
Tú muy macho
(Y tú recatada) 
(Y tú con las malas compañías) 
Es cierto. Cada uno lo suyo. 
(Estás arrebatador) 
Pero es bueno alguna vez cambiar de papel y mirarse en un espejo al revés 
(Eres tan bonita) 
(Demasiado) 

Todo era demasiado complejo, y ni Mónica ni yo dimos el paso necesario para llegar más. Yo por pura ingenuidad y miedo, pues después de las bromas ya no supe qué más hacer. Era demasiado para mi. 
Ella, quien sabe. Su novio era un imbécil y no merecía esa chica tan maravillosa, pero a mi, al fin y al cabo me hizo un favor. Gané una amiga y con la que poder hablar de cosas de las que nunca imaginé, entre ellas de lo estrechos que son los márgenes de la supuesta normalidad a la que estábamos sujetos.
¿Era eso la posmodernidad?



1 comentario:

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