Nos encontramos con una arquitectura civil con clara
tendencia a la verticalidad. Se encuentra compuesta por 6 pisos
(destacando el primero o principal por su mayor articulación) y un fantasioso
tejado coronado en un lateral por una torrecilla que vuelve asimétrica su
composición.
Elementos constructivos. El materia es piedra aunque posteriormente
decorada por azulejos y tejas vidriadas. En cuanto a los vanos nos
encontramos con formas ondulantes en los dos primeros pisos y dinteles en el
resto. La colocación de dichos vanos así como la escasa consistencia de
los soportes inferiores (al modo de estilizados huesos), nos pueden hacer
pensar en unos soportes internos, probablemente una estructura de vigas de
acero y cemento.
Decoración. Tiene una gran importancia y variedad de motivos, desde los
propios materiales utilizados a las formas lejanamente inspiradas en la
naturaleza aunque con una interpretación sumamente fantasiosa (columnas que
recuerdan a huesos, forjados de los balcones como una especie de máscaras,
tejado ondulante y rematado por una suerte de espinazo, como si fuera un
dragón...). En todos ellos predomina la curva.
Influencia de la luz. La fachada se encuentra bastante articulada en
la parte baja, lo cual creará claroscuros cambiantes al cabo del día. En la
parte alta el material empleado (trencadís o cerámica partida y
pegada al paramento) reflejará el sol y creará una fachada brillante y colorida.
Información que recibimos del interior. Además de los distintos
pisos que componen la finca, la información primordial que extraemos del
exterior es la aparición de un primer piso o Principal que será dedicado a
una familia acomodada.
Relación con el entorno. El edificio, como es bien visible, se integra
dentro de una calle, colindando con otros a izquierda y derecha.
Tanto su carácter civil
(burgués) como la fantasía desbordante de sus motivos nos ponen la
obra en la órbita del modernismo, especialmente de Gaudí, muy interesado por el uso de la cerámica (trencadís)
y el hierro forjado, así como por sus numerosas metáforas visuales,
elementos que (con la colaboración del espectador) simulan formas naturales.
Este movimiento modernista
surge a finales del siglo XIX como reacción al funcionalismo y la
falta de belleza de la arquitectura del Hierro (Eiffel), intentando crear edificios
y entornos especialmente estéticos, en donde la belleza sea, por una parte,
una forma de vivir y sentir alejada de la monotonía de la sociedad
industrial, y por otra, un síntoma de distinción social. Para ello
recurrieron a la burguesía (en este caso concreto la catalana) que
quería vivir y representarse en unos edificios originales, inspirados en la
naturaleza de la que extraen el color, la asimetría, lo fantasioso o la forma
curva.
Concretamente Gaudí, uno de sus principales
representantes, evolucionará desde sus primeras formas aún historicistas
(noemudéjar del Capricho, o neogótico de la casa
Güell) que predominaron en Cataluña como una forma de reivindicación
nacionalista al ser el periodo medieval el de su máximo esplendor (la casa
de la izquierda, de Montaner, aún utiliza esta estética como se puede ver en
los arcos conopiales, los alfices o el tejado almenado como algunas residencias
medievales). Tras ellas su arte, mucho más inspirado en la Naturaleza,
se hará mucho más original, con multitud de metáforas visuales que tanto
gustarán por su carácter ambiguo a los surrealistas (Dalí, especialmente) y
empleo casi único de la curva, como es habitual en sus obras maduras
como la Pedrera, la Sagrada Familia o el Park Güell. En ellas, y buscando la
idea modernista de arte total, un arte que se una a la vida, diseñará no
sólo los edificios sino también el mobiliario, vidrieras, textiles... con el
fin de crear un entorno completo de
belleza absoluta.
TODOS LOS ARTÍCULOS DE GAUDÍ EN NUESTROS BLOGS
me habéis ayudado para el último comentario del curso, gracias!!!!
ResponderEliminar