jueves, 28 de mayo de 2020

Puppy. Koons


Un gigantesco perro lleno de flores ¿custodia? la entrada del Gugeheim, o tal vez sea su coqueta mascota.
Algo gigantesco que necesita casi un mes para cambiarse sus plantas vivas, pero a la vez tan sumamente adorable, ¿o es kitsch?

Kooms es el posmoderno por excelencia, y si empezó utilizando puros objetos reales como representación de sí mismos para luego pasarse al porno o a porcelanas bellamente abominables, en este terrier juega con nosotros y nuestros "firmes" valores sociales.

Pues en su escultura hay un peso oculto bajo la fragilidad de las flores. Detrás suyo están las postales y presentaciones de perritos y gatitos, el gusto por las flores más popular con la tradición centenaria de la toparia.

En el cruce de todas estas referencias, unas tan cultas junto a otras tan populares, nos obliga a ejercitar el gusto y decidir si es bello u horrendo, maravillosamente kitsch o emblemático, y nadie, opine lo que opine, se siente ajeno a su presencia.


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