Iniciada por Juan Bautista de Toledo y terminada por Herrera, servía como lugar de residencia y trabajo del amplio aparato burocrático del palacio.
En el podemos ver el paso de la desornamentación del primero a las ideas del herreriano del segundo.
En su zona exterior los pórticos crean una terraza corrida, sobre la que se elevan dos pisos de aparejo toledano sobre los que aparecen un tejado de teja árabe con buhardillas.
Visité Aranjuez en varias ocasiones hace años (pues estudié Bellas Artes en la Complutense) y pude contemplar la Casa de Oficios, pero entonces me pasó casi desapercibida, eclipsada por la magnificencia de los jardines y del Palacio Real y la Casa del Labrador. Ahora, gracias a tu publicación, he podido apreciar detalles que no había apreciado o advertido. Gracias por compartirlo, Vicente Manuel Camarasa.
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