En origen situado en el crucero sur de Notre Dame y actualmente en el Museo de Cluny, se trata de una figura de la segunda mitad del siglo XIII.
Su talla nos demuestra claramente el cambio producido en la técnica y la ideología a principios del gótico, poniendo el acento en lo humano, con un magnífico estudio del desnudo.
En realidad, su canon tan sumamente esbelto e incurvado nos está hablando ya de una fase cercana al manierismo del estilo, que comienza a alterar las normas generadas en su clasicismo.
Su imagen nos trae, por otra parte, el famoso ensayo de Panovsky sobre los múltiples renacimientos que se produjeron en plena Edad Media. Basta con mirar y ver cuánto del mundo grecolatino y su antropocentrismo flota en tono a la magnífica talla
El "contrapposto" de este Adán es ya renacencista.
ResponderEliminarSiguiendo la investigación de Panovsky sobre las iconografías clásicas que perduran durante toda la Edad Media, en la posición de las piernas y brazos y en el giro del torso, también podemos encontrar una linea continua que va desde la antigüedad clásica hasta el quattrocento.
Saludos
Francesc Cornadó
Totalmente de acuerdo, Francesc
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