AQUELLAS PRADERAS AZULES. Recuerdos

DALE AL PLAY, ENTRE RECUERDOS Y PEQUEÑAS REALIDADES

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-Una peseta por tus pensamientos, Sabrina.
- Por lo menos un duro
- Venga, vale, hoy estoy que lo tiro.
- Pensaba...- dijo mirándome con intensidad.
- ¿Qué ocurre?
Y por sorpresa, cerró los ojos y me besó muy suavemente.
- ¿Y esto?
- Pensaba precisamente en eso. En el primer beso.
- ¿Y ha cambiado mucho? - pregunté tontamente, pero ella no quiso ver (¿la ingenuidad o la suficiencia?) y continuo hablando con los ojos más verdes y tiernos de su amplísimo repertorio:

- Sigue siendo como un pequeño milagro. 

- Vaya, me voy a tener que sonrojar. 

- Idiota. 

- Yo también te quiero. 

- Lo sé. 

Y tras la frase hecha que nos traía recuerdos interestelares, yo me atreví a preguntar

- ¿Y se podría saber cómo fue aquel beso para ti?

- Eso es lo que pensaba. No sé definirlo. 

- Yo, cuando nos besamos... 

- Eh, no, usa bien las palabras. Dirás cuando YO te besé. 

- Bueno. Fue un trabajo en equipo - bromeé - Yo te cogí la mano por primera vez. 

- Sí, claro, pero bien que hubo que ayudarte a que me abrazaras por la cintura. 

- Vale. 15 iguales. 

- No, con el beso fueron varios puntos seguidos. Por lo menos juego y set. 

- Vaaaale. Acepto barco como animal acuático. 

- Eso está mejor, porque me costó todo un triunfo ese primer beso. 

- ¿Sí? 

- ¡Tres días, jodío! Tres días acercándome a ti y tú sin enterarte. 

- Sí, sí lo hacía, creo, pero estaba tan asustado... 

- ¿De qué? 

- De lo que había que hacer después, cuando se juntaran los labios

- ¿Tú no practicabas a darte besos en los antebrazos, como hacíamos todos? 

- Ah, ¿tú también? - dije asombrado. 

- Pues claro. Haber sino qué. En las películas solo se veía eso de abrir los labios y juntarlos. 

Ambos sonreímos suavemente. 

- Por eso, la vez que te tumbaste en mi pierna en las piedras del Fumadero yo me dije: esta es la mía. 

- Estabas tan bella con todas las estrellas detrás 

- Estaba muerta de miedo, Luis. Pero... 

- Pero, qué... 

- Tenía tantas ganas de besarte. Quería saber qué se sentía...Y lo quería hacer contigo. 

- ¿Tú nunca...? 

- Un pico como mucho, como un juego

- Yo también 

- Por eso me abalacé hacia ti - sonrisa - No tenías escapatoria. 

- Sí, aunque quise, no pude huir. 

- Y yo casi me dejó la espalda pero... Valió tanto la pena. 

- Yo... ¿Sabes? Yo... escuché por dentro Karma Chameleon. 

- Yo solo tu corazón. Parecía que iba estallar

- Tú también temblabas.

- Era algo tan increíble, Luis. El cuento de hadas hecho realidad. Entonces sí, pues nos habíamos besado y eso era ya pasar a otra pantalla. 

- Cómo me gusta oírte contar todo esto. Antes no lo hicimos nunca. 

- Sí, sí que lo hicimos. La última vez que estuvimos juntos antes de que... 

- Antes de que yo entrará en el reverso tenebroso, ¿no es cierto? 

- Digámoslo así 

- Esos tiempos... Sigo aún odiandome por ellos.

- Pues ya va siendo hora de que te perdones de una vez. Yo también he metido la pata muchas veces en nuestra relación.

Y entonces escuché, de nuevo, a Barbra Streisand cantando Memory, sin poder evitarlo, y como si ella escuchara también mi música interna lo interrumpió todo con:

-No, mejor John Lennon, ¿no te parece, mi soldado desconocido? Siempre Lennon

AQUELLAS PRADERAS AZULES. 

ÁNIMA MUNDI